Vida y obra de Gustavo Adolfo Bécquer, romántico español di Alessia Sposato

- Los ojos verdes: ejemplo de actividad didáctica -

He aquí una propuesta de actividad didáctica para trabajar con Los ojos verdes.

1. Lectura de la introducción (ver punto n.9 de esta unidad).

1.a Reflexiona y contesta a estas preguntas en tu cuaderno:

1) ¿Te ha pasado alguna vez algo parecido? ¿Tenías alguna frase en la cabeza y quisieras escribir algo (una canción o una poesía) que llevara ese título?

2) ¿Qué te evoca el título de esta leyenda? ¿Qué tipo de historia crees que se va a contar: de terror, de amor, de venganza…? ¿Por qué?

3) ¿De quién podrían ser estos ojos en tu opinión? De un hombre, de una mujer, de un niño, de un animal..? Intenta adivinarlo: elige entre las fotos siguientes:

2. Se proporciona a los estudiantes solamente un resumen del capítulo I, porque no se considera tan importante para el tema del relato y porque además presenta un léxico bastante difícil y sectorial (el pertenenciente al mundo de la caza).

Después se van a leer trozos de la parte II:

- Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío; ¿qué os sucede? Desde el día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Álamos en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos.
Ya no vais a los montes precedido de la ruidosa jauría, ni el clamor de vuestras trompas despierta sus ecos […], todas las mañanas tomáis la ballesta para enderezaros a la espesura y permanecer en ella hasta que el sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y volvéis pálido y fatigado al castello[…].¿Qué os ocupa tan largas horas lejos de los que más os quieren?[…]
Después de un largo silencio […] el joven exclamó dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras:
Íñigo, tú que eres viejo; tú que conoces todas las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado por acaso una mujer que vive entre sus rocas?
-¡Una mujer! - exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito.

[...]

Desde el día en que a pesar de tus funestas predicciones llegué a la fuente de los Álamos, y atravesando sus aguas recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo de la soledad.
Tú no conoces aquel sitio. Mira, la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae resbalándose gota a gota por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna.
Aquellas gotas […] se alejan por entre las arenas […] y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan sobre sí mismas, y saltan, y huyen, y corren, unas veces con risa, otras con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado sólo y febril sobre el peñasco, a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa[…].
Cuando al despuntar la mañana me veías tomar la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una locura! El día en que salté sobre ella con mi Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo una cosa extraña... muy extraña...; los ojos de una mujer.

¿Habías acertado entonces? ¡Parece que se trata de los ojos de una mujer!

[...]En su busca fui un día y otro a aquel sitio.
Por último […] una tarde la encontré sentada en mi puesto, y vestida con unas ropas que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como el oro; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban inquietas unas pupilas que yo había visto... sí; porque los ojos de aquella mujer eran los que yo tenía clavados en la mente; unos ojos de un color imposible; unos ojos...
-¡Verdes! -exclamó Íñigo con un acento de profundo terror e incorporándose de un salto en su asiento.
Fernando le miró a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó con una mezcla de ansiedad y de alegría:
-¿La conoces?

¿Cómo puede Íñigo saber de qué color son los ojos de la mujer? ¿Por qué contesta con terror? ¿Puede que él también la vió alguna vez? ¿Quién es esta mujer según tu parecer? ¿Qué es lo que hace allí?
(Se escriben las hipótesis de los chicos en la pizarra)

Ahora vamos a comprobar vuestras hipótesis. ¡A leer el final del capítulo II!

-¡Oh no! - dijo el montero. - ¡Líbreme Dios de conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar hasta esos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas, tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro, por lo que más améis en la tierra, a no volver a la fuente de los Álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza, y expiaréis muriendo el delito de haber encenagado sus ondas.
-¡Por lo que más amo!... -murmuró el joven con una triste sonrisa.
-Sí -prosiguió el anciano-; por vuestros padres, por vuestros deudos, por las lágrimas de la que el cielo destina para vuestra esposa, por las de un servidor que os ha visto nacer.
-¿Sabes tú lo que más amo en este mundo? ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida, y todo el cariño que puedan atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... ¡Cómo podré yo dejar de buscarlos!
Dijo Fernando estas palabras con tal acento, que la lágrima que temblaba en los párpados de Íñigo se resbaló silenciosa por su mejilla, mientras exclamó con acento sombrío: -¡Cúmplase la voluntad del cielo!

3. ¿Cómo crees que va a acabar la leyenda? Elige entre una de las opciones de abajo.

* Fernando vuelve a encontrar la mujer y se casan. El cuento de Íñigo era superstición.

* Fernando no vuelve a encontrar la mujer y muere, enloquecido.

* Fernando vuelve a encontrar la mujer y ella lo mata

* La mujer es el fantasma de una chica muerta por caerse en la fuente misteriosa

* ..............................................

Puesta en común de los resultados

Variante de la actividad n°3: también se puede pedir a los chicos que, en grupos de 2 o 3, intenten seguir con el cuento inventándose un final posible. En este caso también se preve una puesta en común final de las hipótesis.

Actividad 4. Escucha del tercer capítulo de la leyenda en la página web del Centro Virtual Cervantes.


En caso de que no se posean los instrumentos para poder escuchar el audio, se puede proseguir con la lectura del texto en clase.

Actividad 4.a Se puede prever una serie de preguntas para comprobar la comprensión del texto (por escrito o oralmente según el profesor desee):

a) ¿Quién habla en esta tercera parte? ¿Cuántos y quiénes son los personajes?

b) ¿Qué dice la mujer cuándo por primera vez toma la palabra?

c) Cuando la mujer le pregunta qué haría si descubriera que ella es un demonio, ¿qué le contesta Fernando?

d) ¿Cómo se describe la mujer? ¿Tiene rasgos realísticos? Debería recordarte otra mujer bécqueriana que ya conocimos... ¿cuál?

e) ¿Cómo termina la historia? ¿Qué le pasa a Fernando? ¿Habías acertado con el final?

f) ¿Qué imagen del amor nos proporciona el cuento, según tu parecer?

g) ¿Qué opinas de este relato? ¿Te ha gustado? ¿Por qué? ¿Crees que Fernando vió la mujer realemente, o puede que todo haya sido una ilusión suya? ¿Por qué?

En la pregunta d) se supone que los chicos hagan referencia a la mujer que encontramos en la última estrofa de la Rima XI (ver punto n.6 de esta unidad), que se corresponde en muchas características con la mujer de la fuente.

   10/11   

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Indice percorso Edita
Edurete.org Roberto Trinchero